Economía global, mundo policéntrico [08.12.2008]

Publicado en Página 12 (versión abreviada), Buenos Aires, Agosto 12, 2008

Las olimpíadas en Beijing muestran el esplendor de China, mientras Vladimir Putin viaja de Beijing al Caucasus para atender al enfrentamiento armado entre la Federación Rusa y Georgia en la disputa por la anexión o la soberanía de Osetia.

Mientras tanto, el Presidente George W. Bush, insta con vehemencia (según los informes periodísticos) a que Rusia detenga la invasion armada a Georgia puesto que Georgia es un país soberano, y la soberanía de un país es un principio serio en el concepto (neo) liberal de democracia. Sin embargo, antes y después de que el Presidente hiciera este llamado, las radios y los periódicos desempolvaban el “apoyo” militar de Estados Unidos a Mikheil Saakashvili desde hace ya un tiempo.

El Presidente de Estados Unidos, lamentablemente para el país, no tiene ya autoridad moral o política para hacer tales reclamos. Además, la publicación—la semana pasada—del libro de Ron Suskind (Premio Pulitzer), The Way of the World. A Story of Truth and Hope in an Age of Extremism, reavivó en Washington los rumores de un segundo Watergate.

La situación es compleja, y los cambios en el tablero de ajedrez de las relaciones internacionales de los últimos años es drástica. El conflicto armado entre Geogia y Rusia es parte del movimiento sísmico que está cambiando el orden mundial.

Después del fracaso de la séptima ronda Doha, Phillip Stephens, editorialista del Financial Times, escribió un artículo bastante sensato. Las diferencias de opiniones que frenaron las negaciaciones entre China e India por un lado y Estados Unidos (con la Unión Europea sentada en el sillón de atrás), fueron no sólo diferencia de opiniones, sino fundamentalmente un cambio de actitud.

Stephens culpaba las dos partes por el fracaso en las negociaciones, y no recriminaba a China e India que se opusieran defendiendo sus intereses. Recriminaba, sí, que la actitud de China e India podía poner en pelibro “la estructura del sistema.”

La observación más interesante de Stephens, sin embargo, fue aquella que apuntó a las razones del impase. En rondas anteriores, observaba, Estados Unidos y “algunos países de la Unión Europea” (ya sabemos a cuáles se refiere Stephens–no por cierto a Polonia o Dinamarca) llegaban a las rondas con su agenda, y al resto no le quedaba sino acatar. “Ya no más”, dice literalmente Stephens.

La actitud de Rusia es parte de este cambio “Ya no más”o “Rusia desafía a Occidente”como titula el New York Times uno de sus artículos. La Vanguardia en España informa que Rusia anunció un ataque “preventivo”(encomillado de ellos), para que Georgia no avanze sobre territoria osetiano. La Unión Europea pide “alto al fuego”, como lo hizo años anteriores en referencia a la invasión de Iraq. Despues de todo, Iraq era un país soberano, nos gustara o no. Mikheil Saakashvili tiene razón cuando denuncia que Rusia está destruyendo un país. Georgia hoy, como Iraq ayer.

Saakashvili, parece haber errado el momento y no haber entendido el movimiento sísmico en el orden mundial. Quizás si su decisión de anexar a Osetia hubiera sido un par de años antes, la situación hubiera sido otra. Sin embargo, ya el año pasado corrían rumores de que Georgia estaba incrementando su poder bélico.

Anatol Lieven (corresponsal del Financial Times) puso el dedo en la llaga: Occidente comparte la culpa por lo que ocurre en Giorgia. Sugiriendo al pasar la actitud infantil e irresponsable de Saakashvili (a quien Condoleezza Rice había sugerido meses antes no invadir Osetia), Lieven subraya que el conflicto es humillante para Estados Unidos, una humillación más, por la irresponsabilidad de prometer a Saakashvili lo que no pueden cumplir, tanto materialmente por las demandas militares en Irak y Afganistán como por las relaciones internacionales en el nuevo tablero de ajedrez. En un mundo organizado en torno a una economía única, economía capitalista, pero policéntrico, fue gran irresponsabilidad de US dar pie para que Saakashvili iniciara el conflicto armado por su vano deseo de pertenecer a la NATO y su infantil manera de manejar relaciones internacionales con Rusia.

Su esfuerzo por hacer de Georgia, en el Caucasus, un miembro de la NATO y acercarse a la Unión Europea es una situación tan compleja y problemática como la de Cuba, durante la guerra fría, por estar ligada a la esfera soviética, y estar situada en el centro del Caribe. La historia continúa, y las declaraciones de Putin de re-establecer relaciones con Cuba son paralelas a las relaciones de la NATO y el apoyo de la casa blanca al presidente Saakashvili.

Y, en verdad, el problema comenzó cuando Georgia invadió a Osetia del Sur, no cuando Rusia invadió Georgia

Y mientras tanto, quienes son y que dicen los Osetias mismos? En la prensa internacional, los Osetias son quienes son hablados, el mundo silencioso que no habla por el mismo. Gracias al internet, podemos comprobar que existen, piensan, hablan y escriben.

Escuché en un programa radial, en Estados Unidos, la entrevista con un “experto”en Georgia. Le preguntaron cuál era la población de Osetia. Explicó que era muy pequeña, entre 40 y 50 mil habitantes. Es decir, un 10% de la población de Georgia, que suma unos 4.5 millones. En 1900, la población del mundo se contaba en unos 1.6 billones. La población de los seis paises europeos imperiales (España, Italia, Portugal, Francia, Alemania y el Reino Unido), sumaban unos 1.9 millones. Pequeña, en realidad, una 11% aproximadamente de la población mundial. La economía global es en verdad una, una economía capitalista, en el sentido que le dieron al término Max Weber, Joseph A Schumpeter, F. A. Hayek y Milton Friedman. Pero la economía una está generando “libertad,”como lo veía Friedman, y tambien Amartya Sen, al reemplazar “capitalismo”por “desarrollo.”La economía una está generando un capitalismo policéntrico. El fracaso de la ronda Doha es un signo de esos cambios; cambios que no se les escapa—para bien o para mal–a las autoridades de la Federación Rusa. En un mundo policéntrico, una verdad absoluta para el futuro del mundo ya deja de ser convincente. El “capitalismo global”o economía una, tendrá que dar lugar, esta vez en serio, a “diálogos globales”en los que se ponga sobre la mesa “el espíritu del capitalismo”, en la expresión de Weber; o “la estructura del sistema”en el vocabulario de Stephens.